
The beginning of infinity es un libro escrito por el galardonado físico David Deutsch donde argumenta que las explicaciones tienen un lugar fundamental en el universo y que mejorarlas es el principio regulador para que cualquier esfuerzo humano tenga éxito. Este libro explora y establece conexiones profundas entre las leyes de la naturaleza, la condición humana, el conocimiento y el potencial del progreso. A continuación un extracto del capítulo 9 donde Deutsch habla de lo que para él significa el optimismo.
EL PRINCIPIO DE OPTIMISMO.
Todos los males son causados por conocimiento insuficiente.
El optimismo es, en primera instancia, una forma de explicar el fracaso, no de profetizar el éxito. Propone que no existe ninguna barrera fundamental, ley natural o de grado sobrenatural, previniendo el progreso. Cada vez que tratamos de mejorar las cosas y fracasamos, no es porque los malévolos dioses nos estén castigando por tratar, o porque hallamos alcanzado el límite de nuestra capacidad de razonamiento para mejorar las cosas, o porque sea mejor que fracasemos, sino porque no sabíamos lo suficiente, a tiempo.
El optimismo viene de la explicabilidad del mundo físico. Si algo es permitido por las leyes de la física, entonces lo único que previene que sea tecnológicamente posible es saber cómo hacerlo. Esto significa que a la larga no hay males insuperables. Los problemas son inevitables porque nuestro conocimiento está lejos de estar completo. Algunos problemas son difíciles, pero es un error confundir problemas complejos con problemas que son poco probables de ser resueltos.
Una civilización optimista está abierta, no le teme a la innovación y está basada en una tradición de crítica constructiva. Sus instituciones siguen moviéndose, y el conocimiento más importante que encarnan es el conocimiento sobre como detectar y eliminar errores.
«Las posibilidades que yacen en el futuro son infinitas. Cuando digo que es nuestro deber permanecer optimistas; esto incluye no únicamente la apertura hacia el futuro sino también que todos nosotros contribuyamos a éste con todo lo que hacemos: todos somos responsables por lo que el futuro tiene guardado para nosotros. Por ende es nuestro deber, no profetizar maldad sino, por el contrario, luchar por un mundo mejor».
Karl Popper, The Myth of the framework. 1994.
