
Todos contamos historias al narrar lo que vivimos, lo que nos asusta, lo que deseamos o lo que no entendemos. Contamos historias porque nos ayudan a estructurar la realidad y porque las historias facilitan la colaboración entre personas con intereses diferentes.
Si quieres lograr que las cosas cambien en tu vida personal, profesional o en tu comunidad, debes poner especial atención en el tipo de narración que estás usando para persuadir a los demás. La historia que cuentas sobre la realidad es un elemento fundamental para provocar el cambio que deseas lograr.
Existen 3 tipos de narrativas principales:
1. NARRATIVA DEFENSIVA.

Es más fácil ver lo malo que lo bueno porque nuestra amígdala está programada para reconocer amenazas por encima de oportunidades. Esta programación emergió en nuestra especie como estrategia de supervivencia desde hace miles de años. La razón es simple, nuestros ancestros tenían más posibilidades de sobrevivir si sospechaban que el sonido del viento pasando entre los arbustos era un depredador, que si pensaban que únicamente era el viento. Esta es la principal razón por la que nos enganchamos con tanta facilidad con las narraciones que amplifican amenazas, peligros o malas noticias. Los periódicos y los medios lo saben, es por eso que su agenda está dominada por la peor amenaza del día.
La narrativa defensiva sirve para protegernos, pero pocas veces genera acciones de transformación porque la inercia negativa de la narración hace que los demás piensen que no hay nada que hacer para mejorar la situación actual. Si realmente quieres transformar la realidad para bien, debes hacer un esfuerzo consciente por no utilizar esta fórmula de narración pues es a la que todos recurrimos de manera inconsciente debido a cuestiones evolutivas.
2. NARRATIVA POCO REALISTA.

El segundo tipo de narración es el extremo opuesto a la narrativa defensiva. Nace de soñar con el mejor futuro posible y de negar o minimizar cualquier evidencia que se anteponga a este sueño. El resultado es una narrativa poco realista por no decir absurda. Este estilo de narración funciona para generar esperanza efímera pero no es lo suficientemente sólida para lograr la colaboración sostenida que se necesita para cambiar la realidad. Lo anterior sucede porque se pierde credibilidad rápidamente cuando las personas que escuchan la narración detectan que se están subestimando los obstáculos que existen para lograr el futuro deseado. Si quieres inspirar grandes cambios, grandes soluciones, grandes ideas, no debes usar una narración tan despegada de la realidad.
«Sueños + Realidad + Determinación = Una vida exitosa».
Ray Dalio.
3. NARRATIVA PARA MEJORAR LO VIGENTE.

La narrativa necesaria para mejorar lo vigente nace cuando logras articular un propósito transformador claro, es decir, cuando detectas y comunicas con precisión qué es lo que quieres cambiar y porque. Este propósito transformador debe estar acompañado por un entendimiento profundo de todos los posibles obstáculos a los que te enfrentarás al querer implementar la transformación deseada.
Una vez que has logrado entender todos los obstáculos a los que te enfrentarás, debes integrar en tu narración evidencia que muestre cómo otros han logrado resolver obstáculos similares. Esta evidencia puede provenir de diversos momentos históricos, de otras geografías o incluso de otras disciplinas. No es necesario que la evidencia esté directamente relacionada a lo que quieres resolver o cambiar. Este elemento en la narración es fundamental porque en el momento en que escuchamos como otros han logrado resolver obstáculos o retos complejos, lo que parecía imposible comienza a verse como alcanzable.
Por ejemplo: Desde 1886 hasta 1954 se pensaba que era imposible correr una milla en menos de 4 minutos pues los mejores corredores del mundo habían tomado el reto seriamente sin éxito. Esto cambió cuando Roger Bannister en 1954 rompió la barrera de los 4 minutos al correr una milla en 3:59.54. Desde que Bannister logró lo que parecía imposible, su record ha sido roto 1,400 veces. Hoy en día correr la milla en menos de 4 minutos es considerado el estándar para corredores profesionales de media distancia. El record actual lo tiene el marroquí Hicham El Guerrou quien logró correr la milla en 3:43.13, casi 17 segundos por debajo de la marca de Bannister.

«Todo es teóricamente imposible, hasta que se hace»
Robert A. Heinlem.
Vivimos en una época donde existe abundancia de narrativas negativas y escasez de narrativas para mejorar lo vigente. Si no empezamos por cambiar el tipo de historias que contamos sobre la realidad, será complicado convencer a otros para que nos ayuden a cambiarla. Necesitamos más gente que elija narrar su percepción de la realidad desde el ángulo de la transformación, si estás leyendo esto es porque seguramente tú puedes ser una de estas personas.
Me encantó esta lectura. Gracias!
Muy bueno y necesario en estos tiempos.
Bien!